En este libro, el autor comparte dos experiencias que nos conducen a reflexionar sobre el verdadero pero todavía olvidado valor de la biodiversidad en el Perú. Por un lado, analiza cómo se ha ido perfilando la idea de las Zonas de Agrobiodiversidad desde una perspectiva social, política y normativa cuyo objeto es conservar y mantener núcleos de diversidad genética cultivada y su interacción con los pequeños agricultores en tanto agentes que garantizan la continuidad del conocimiento y la cultura. En segundo término, el autor explica la factibilidad de un registro nacional de cultivos nativos, como herramienta política y normativa para revalorar y proteger los derechos existentes sobre la biodiversidad del país, en un mundo dominado por una visión urbana altamente interconectada y competitiva.