En las últimas décadas, actividades humanas como la pesca industrial, el transporte marítimo y la investigación científica, sumadas a los efectos del cambio climático y la contaminación, han ejercido una creciente presión sobre los ecosistemas marinos. El 64 % del océano está ubicado en zonas fuera de la jurisdicción nacional y, hasta hoy, no cuenta con un marco legal que garantice su protección.
En junio de este año, el Perú firmó el Tratado de Alta Mar (también conocido como BBNJ), un importante acuerdo que busca conservar la biodiversidad más allá de las 200 millas, donde ningún país tiene jurisdicción. Este tratado representa una oportunidad para que los países participen de la gestión del mar y de las decisiones globales entorno a su conservación. A la fecha, ya son 145 países los que han firmado este acuerdo que entrará en vigor en enero de 2026, tras superar las 60 ratificaciones requeridas.
Por ello, con el objetivo de facilitar la comprensión de este histórico tratado, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) presentó un adelanto de la Guía Explicativa sobre el Acuerdo BBNJ. Este anticipo, que también fue presentado el mes pasado en el Congreso de la Conservación realizado en Abu Dabi, ofrece una interpretación técnica y jurídica accesible del tratado, destacando los mecanismos que fortalecerán la cooperación internacional, la ciencia marina y la gestión sostenible de los recursos comunes.
Alejandro Iza, director del Centro de Derecho Ambiental de la UICN, presenta la Guía Explicativa de la UICN en Lima. Esta guía será publicada en julio de 2026. Foto: Malu Ramahí / SPDA
Para Alejandro Iza, director del Centro de Derecho Ambiental de la UICN, esta guía representa un paso decisivo hacia un régimen global de gobernanza oceánica para la biodiversidad. “La salud de los océanos es proporcional a la salud de las personas. Más del 90% de este hábitat son reservorios críticos de diversidad biológica. Por eso, el fortalecimiento de capacidades y la cooperación científica serán esenciales para su implementación”, afirmó el experto durante el evento de presentación organizado en conjunto por la Cancillería del Perú, UICN y la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA).
Por otro lado, Ximena Vélez-Zuazo, directora general de los programas en Perú del Smithsonian Conservation Biology Institute, destacó la relevancia de esta guía desde la mirada científica, un aspecto que ha recibido menos atención frente al enfoque jurídico del tratado. Subrayó la importancia de establecer mecanismos de protección en aguas internacionales, considerando la conexión ecológica de las especies migratorias que se desplazan entre diferentes jurisdicciones marinas. “Con este paso se podrá integrar la ciencia en la toma de decisiones sobre conservación, algo esencial para garantizar la salud de los ecosistemas marinos que no reconocen fronteras”, agregó.
El Tratado de Alta Mar abarca cuatro áreas principales: el acceso y la distribución equitativa de beneficios derivados de los recursos genéticos marinos; la creación de áreas marinas protegidas y otros mecanismos de gestión basados en áreas; las evaluaciones de impacto ambiental para las actividades en alta mar; y el fortalecimiento de capacidades y la transferencia de tecnología marina.
Para el Perú, que firmó el tratado en junio de 2025 en la ciudad de Niza y se prepara para su próxima suscripción y ratificación, representa una oportunidad para consolidar su compromiso con la protección de los bienes comunes globales. Según Librado Orozco Zapata, director de la Dirección General de Soberanía, Límites y Asuntos Antárticos del Ministerio de Relaciones Exteriores, “ya se cuenta con 75 ratificaciones y esperamos que el Congreso del Perú lo apruebe muy pronto. Este tratado, que entrará en vigor el 17 de enero de 2026, gobernará el alta mar a través de un marco jurídico unificado y global”.
Con la ratificación del Tratado de Alta Mar, el Perú se posicionaría como un actor clave en la defensa del océano global, reforzando su histórica vocación marítima y su compromiso con la biodiversidad y el desarrollo sostenible.
Conoce más en nuestra última publicación «El Tratado de Alta Mar y los mecanismos de gestión basados en áreas».
Fotos: Malu Ramahí / SPDA