Un trabajo de revaloración de los saberes ancestrales fue recopilado en Conocimientos tradicionales: Experiencia de registro de plantas medicinales en Cusco, publicación que narra el proceso que realizó un equipo de profesionales, técnicos y miembros de los pueblos matsigenka y wachiperi, para de identificar las diferentes plantas medicinales que tiene la comunidad nativa Santa Rosa de Huacaria, ubicado en el distrito de Kosñipata, provincia de Paucartambo (Cusco).
Según explicó Eddy Peña, especialista en conservación y comunidades nativas de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), las labores previas a la identificación de las especies iniciaron en 2016, cuando el equipo técnico de la SPDA, en coordinación con el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (Fenamad) y el Consejo Harakmbut, Yine y Matsiguenga (Coharyima), realizó talleres informativos con todos los miembros de la comunidad.
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Posteriormente, se realizó una asamblea general en la cual la comunidad tomó la decisión de comenzar con el registro de las plantas medicinales.
Para Peña, quien estuvo durante el inicio y fin del proceso, la comunidad, que congrega a las etnias matsigenka, wachiperi y quechua, cuenta con “un rico conocimiento sobre el uso de las plantas de manera tradicional”.
Entre los sabios que les dan uso a las plantas medicinales, se encuentra Alberto Manqueriapa Vitente, reconocido por el Ministerio de Cultura como Personalidad Meritoria de la Cultura, en 2021, por su labor y aporte en la difusión, promoción y salvaguardia de los conocimientos, saberes y prácticas asociadas a la medicina y a la música tradicional de los pueblos harakbut.
Manqueriapa es esposo de Norma Ramos Sosa, una de las sabias delegadas por la comunidad, quien junto a Norma Ramos Ihuanquiri, trabajaron para realizar el registro de los saberes ancestrales. Ambas fueron elegidas por su amplio conocimiento en medicina tradicional.
El trabajo significó el registro oficial de 93 plantas medicinales, pertenecientes a 42 familias botánicas, respetando todas las indicaciones del Indecopi. La mayoría de las especies reportadas para ser registradas como conocimiento colectivo wachiperi-matsigenka ante el Indecopi, son de uso medicinal; en menor proporción son mágico-religiosas o están en categorías de uso (tintura, maderable, fibra, alimenticia, utensilio, mitológica).
Foto: Thomas Müller / SPDA
El especialista de la SPDA recordó que el Indecopi jugó un papel fundamental durante este proceso, explicando a la comunidad y sus organizaciones representativas los beneficios que el registro brinda “y sobre esto tomen la decisión informada de proceder con asegurar estos conocimientos sobre los usos que le dan a la biodiversidad”.
“El Indecopi está enfocado en revalorar y proteger este legado ancestral de los pueblos indígenas con la finalidad de evitar el mal uso por terceros y minimizar efectos de biopiratería. En nuestro país este proceso se apoya principalmente en la Ley 27811.”, agregó.
Esta publicación se ofrece en dos lenguas, español y wachiperi. El wachiperi es una de las seis variantes de la lengua amazónica originaria harakbut, y es la única de estas que se habla en Cusco (las otras cinco se hablan en comunidades de Madre de Dios).
La nota sobre la edición del libro apunta que el propósito de esta traducción no solo es reconocer la importancia del harakbut (así como de sus variantes), sino también devolver a la comunidad, en su propia lengua, el trabajo de investigación y registro de conocimientos tradicionales que ella misma viene realizando.
“Contamos con la colaboración de un hijo de esta comunidad, el licenciado y especialista en educación bilingüe Jose Antonio Dumas, quien también se encuentra registrado oficialmente en el Ministerio de Cultura como Intérprete y traductor oficial del wachiperi”, concluye Peña.