Este martes en Niza se llevó a cabo el evento “Leveraging Surfing's Blue Economy for 30x30 Protected Area and OECM goals, organizado por Save The Waves Coalition, que tuvo como objetivo explorar el valor a las rompientes de surf en la protección de ecosistemas costeros, la identidad cultural de las comunidades locales y el desarrollo de economías sostenibles.
La sesión moderada por Nik Strong-Cvetich, CEO de Save The Waves, abrió con el estreno del cortometraje “El valor de una ola” (“The Value of a Wave”) y las lecciones de que dejó en California la protección de olas integrada a políticas públicas de conservación.
Carolina Butrich, gerente de Conservamos por Naturaleza de la SPDA, presentó el caso de Perú, la campaña de HAZla por tu ola encargada de la protección legal de rompientes en el país.
“Las protecciones de rompientes de surf en Perú ya cumplen con la mayoría de los criterios de OMEC establecidos por el Convenio sobre la Diversidad Biológica. Están espacialmente delimitadas, gobernadas, gestionadas y ofrecen beneficios sostenidos para la biodiversidad al protegerlas de alteraciones físicas”, señaló.
"Para calificar plenamente como OMEC, estas áreas también deben incluir medidas regulatorias que limiten los usos extractivos, particularmente la pesca, dentro de sus límites”, agregó, señalando que Perú tiene en su legislación las herramientas para hacerlo.
Andrew Hume, del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), resaltó la importancia ecológica, cultural y económica de los ecosistemas de surf en aguas internacionales. Mara Arroyo, de Save The Waves Coalition, compartió lecciones aprendidas en México y Costa Rica, donde se aplicaron una serie de Buenas Prácticas para tomar de ejemplo.
Desde Conservación Internacional, se refirieron al caso de Indonesia y las Areas marinas de manejo local. Mientras que Diego Sancho, gerente de Gobernanza y Resiliencia de Save The Waves en alianza con la Ocean Risk and Resilience Action Alliance (ORRAA) se refirió a modelos innovadores de financiamiento como el seguro paramétrico.
Así, con un enfoque interdisciplinario con el horizonte en conservar el océano y la economía azul se destacó el valor estratégico del surf en la agenda 30x30, que dispone que, al menos el 30 % de los espacios terrestres, aguas continentales y el océano deberán ser protegidos y conservados al 2030. El evento subrayó el papel clave de los ecosistemas de surf en la biodiversidad marina, su relevancia cultural y económica, así como la necesidad de promover estrategias innovadoras de conservación.