Escrito por: Angélica Gomez / agomez@spda.org.pe
Cuando se habla de la niñez, se suele relacionar a esta población con una condición de vulnerabilidad especial frente a los efectos del cambio climático. Algo que ya tiene sustento científico, pues investigaciones recientes han demostrado que las niñas y niños nacidos en 2020 tienen el doble o más probabilidades de enfrentar crecidas fluviales, sequías, pérdidas de cosechas, incendios forestales y ciclones tropicales que sus abuelos/as nacidos/as en 1960. En el caso de olas de calor, las probabilidades incluso son seis veces más altas.
No obstante; es importante no verlos únicamente como un grupo vulnerable o como agentes pasivos, sino también como sujetos de derecho y agentes de cambio que tienen tanto la capacidad como el derecho de brindar aportes e involucrarse en los procesos de construcción de soluciones que el mundo requiere y que, finalmente, impactarán en su calidad de vida en los próximos años.
Durante los últimos años, vemos que las voces de niñas, niños y adolescentes en torno a cambio climático se hacen escuchar cada vez más. Uno de los ejemplos más conocidos es el de Greta Thunberg, quien empezó su rol de activista adolescente a los 15 años con protestas pacíficas frente al parlamento de Suecia pidiendo la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, lo cual devino en el movimiento “Fridays for Future” que hoy en día convoca a miles de jóvenes de todo el mundo.
En Latinoamérica también hay ejemplos resaltantes, como Francisco Vera y Sara Diaz, dos niños colombianos que estuvieron presentes en la COP 30 haciendo énfasis en la importancia de permitir la participación de la niñez en los espacios de acción climática y de reducir del uso de combustibles fósiles. De igual manera, en el 2024 las adolescentes Joselim, de Perú, y Camila, de El Salvador, representaron a MOLACNNATS y REDNNyAs, movimientos de niñez de América Latina y El Caribe, ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos brindando aportes para la opinión consultiva 32, la cual aborda las obligaciones de los estados para garantizar derechos humanos en el marco de la emergencia climática.
Desde Perú, asistieron a la COP 30 Gianella y Jherico, dos adolescentes de San Martín y Piura respectivamente e integrantes del MANTHOC, quienes asistieron a diversos eventos en los cuales compartieron sus vivencias sobre cómo el cambio climático afecta a sus territorios, como las sequías, la pérdida de biodiversidad, las olas de calor, entre otros. Uno de estos eventos fue organizado por la UNAMAZ y contó también con la participación en el panel de la SPDA y Save the Children.

Foto: Liliam Timaná / SPDA
Si bien la mayoría de los espacios son compartidos con jóvenes, quienes suelen tener el liderazgo y mayor involucramiento; la niñez tiene cada vez mayor protagonismo y participación en las acciones que se realizan. Algunas de ellas son:
Pabellón de la niñez y juventud: Este espacio nace en la COP 27 realizada en Egipto en el 2022, donde por primera vez se destinó un pabellón exclusivo para la niñez y la juventud dentro de la Zona Azul (área con acceso restringido para personas acreditadas, en el cual se realizan las negociaciones y se toman decisiones). La implementación y programación de actividades de este pabellón es liderada por organizaciones de jóvenes con el apoyo de instituciones aliadas y tiene como finalidad ser un espacio intergeneracional de aprendizaje e intercambio de ideas y experiencias que permita a las voces de la niñez y juventud alcanzar su máximo potencial y relacionarse con expertos y tomadores de decisión para facilitar alianzas durante las dos semanas que dura la COP. Este año, el pabellón contó con una programación bastante completa que tenía eventos dedicados a la niñez.
Foro climático liderado por jóvenes: Durante la COP30, el 11, 12 y 14 de noviembre se desarrollaron las sesiones abiertas para la asistencia de la niñez y juventud que cuente con acreditación para la zona azul. Estos espacios encuentran a las generaciones jóvenes con panelistas de alto nivel expertos y negociadores durante una hora, en las cuales se tienen intercambios de ideas y consultas sobre diversas temáticas, que este año consistieron en: transición justa y financiamiento climático; adaptación y resiliencia; y justicia climática. Los foros tuvieron una sesión de clausura de 3 horas el 18 de noviembre, en la cual se realizó especial énfasis en la incorporación de los derechos del niño en la CMNUCC como un tema transversal.
Mini-COP y COP de las infancias: Si bien estos espacios no integran los eventos oficiales, han sido actividades que han permitido recoger muchas de las demandas de la niñez en diversos países que fueron finalmente trasladadas a la COP 30. Las Mini COP fueron impulsadas por el instituto Alana, quienes desarrollaron una metodología que ha sido implementada en diversos países, principalmente Brasil. En Perú, se realizaron las “COP de las infancias”, en conjunto con Save the Children, Acción por los Niños y organizaciones de niñez como MOLACNNATS, REDIME y MANTHOC.
COY 20: Las “Conferencias Globales de la Juventud sobre Cambio Climático” (COY) son encuentros organizados cada año por la Constituyente de la Juventud y Niñez (YOUNGO) reconocida oficialmente por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. En estos encuentros, se busca el diálogo y articulación entre juventud y niñez de todos los países. De igual manera, aquí se presenta y valida un documento llamado declaratoria global, que recoge los pedidos de miles de personas de todo el mundo. Si bien por muchos años estos espacios fueron principalmente de jóvenes, este año, en la COY 20 desarrollada del 6 al 8 de noviembre se hicieron presentes también niñas, niños y adolescentes, quienes hicieron escuchar sus voces y mensajes. Además, la COY 20 incluyó a las infancias expresamente en su nombre, denominándose “Conferencia Global de la Juventud y Niñez sobre Cambio Climático”, y se empezó a hacer énfasis expreso en la niñez en la Declaratoria Global del 2025, basándose en los miles de aportes de niños y jóvenes recibidos.
Cabe mencionar que, además de las COY, también las regiones (como Latinoamérica) y países organizan sus propias conferencias, llamadas RCOY y LCOY respectivamente, las cuales son lideradas por organizaciones locales y generan sus propias declaratorias que alimentan la declaratoria global. En el caso del Perú, la LCOY 2025, liderada por el Grupo Impulsor de Jóvenes, fue una de las que fomentó la mayor participación de niñez, y contó con el apoyo de diversas organizaciones aliadas como Save the Children, UNICEF, World Vision, SPDA, Acción por los Niños, entre otros.
Eventos paralelos y otras actividades: Tanto en la zona azul como en la zona verde y en otros espacios como la Cúpula de los Pueblos, se han desarrollado diversas actividades en torno a la niñez, como intercambios de experiencias, paneles de discusión, activaciones, entre otros.
Finalmente, es importante considerar que, si bien la participación de la niñez en estos espacios viene incrementando y fortaleciéndose progresivamente durante los últimos años, aún queda un largo camino por recorrer para garantizar una participación efectiva. Esta no debería ser promovida solo por algunos Estados u organizaciones, ni tampoco ser considerada solo cuando se habla de acción para el empoderamiento climático; sino que es necesario reconocer el rol esencial de la niñez por parte de todos los actores y hacerlo, además, de manera transversal en todos los temas de discusión, incluyendo adaptación, mitigación, financiamiento, transición justa, entre otros.
Fotos: Liliam Timaná / SPDA