Huaraz, puerta de entrada a la Cordillera Blanca, fue sede del tercer encuentro macroregional "Rimay", un espacio de diálogo diseñado para potenciar la gestión de las Áreas Naturales Protegidas (ANP). Cerca de 20 representantes de los Comités de Gestión de Áncash, La Libertad, Junín y Lima se reunieron para compartir experiencias, analizar desafíos comunes y proponer mejoras para una conservación más efectiva de los ecosistemas de montaña.
Esta edición se enriqueció de la diversidad de voces y contextos para abordar temas prioritarios para los Comités de Gestión, como los largos procesos de reconocimiento de los mismos y sus planes de trabajo. Se discutieron también la urgencia de fortalecer las capacidades y roles de sus representantes, así como la necesidad de una visión intergeneracional para asegurar la sostenibilidad de estos comités.
El espacio facilitó la interacción entre comunidades locales, autoridades regionales y organizaciones de la sociedad civil. El objetivo fue fortalecer los lazos de colaboración y fomentar una gestión más inclusiva y sostenible de las Áreas Naturales Protegidas.
Foto: SPDA
"Estos encuentros nos permiten analizar y plantear mejoras, pero también compartir nuestras experiencias y acciones exitosas como comités", señaló Vidal Rondán, director de Planificación Estratégica del Instituto de Montaña y presidente del Comité de Gestión del Parque Nacional Huascarán.
Las Áreas Naturales Protegidas en Áncash, La Libertad, Junín y Lima, como el Parque Nacional Huascarán, la Reserva Paisajística Nor Yauyos - Cochas, Santuario Nacional Calipuy, entre otras, comparten puntos de convergencia importantes.
En estas regiones, los ecosistemas de montaña albergan una considerable presencia de comunidades campesinas cuyas vidas y prácticas están intrínsecamente ligadas a la conservación de estos entornos. Esta similitud en la tipología de paisajes y la interacción humana con el ambiente exige una adaptación constante de las estrategias de gestión, buscando soluciones que respondan a los desafíos particulares de cada territorio, desde la presión sobre los recursos hídricos y pastizales hasta la necesidad de fomentar un turismo sostenible y fortalecer la gobernanza local.
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En ese sentido, “Rimay” ha sido un espacio clave para reconocer esas similitudes, aprender de otros territorios y construir propuestas conjuntas que respondan a los contextos específicos de esos ecosistemas de montaña.
“Rimay es una oportunidad para pensar, desde los territorios, cómo fortalecer el sistema de áreas protegidas que el país necesita: más inclusivo, más colaborativo y más conectado con la vida de las comunidades”, aseguró Silvana Baldovino, directora del Programa de Biodiversidad y Pueblos Indígenas de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), durante el encuentro.
"Rimay"—que en quechua significa “dialogar”— es una iniciativa impulsada por organizaciones aliadas como la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), Naturaleza y Cultura Internacional (NCI), el Centro para el Desarrollo del Indígena Amazónico (CEDIA), la Sociedad Zoológica de Fráncfort Perú, el Instituto del Bien Común (IBC), The Nature Conservancy (TNC), Conservación Amazónica (ACCA) y el Instituto de Montaña.
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El encuentro en Huaraz es el tercero de cuatro encuentros macroregionales en zonas andinas, amazónicas y marino-costeras del Perú. Las anteriores ediciones se llevaron a cabo en Loreto y Cusco y la ruta de diálogos culminará en Piura.
Las propuestas recogidas en “Rimay” aportarán información valiosa para tomadores de decisión sobre la importancia de fortalecer los Comités de Gestión de las Áreas Naturales Protegidas.