El 70% de superficie terrestre está cubierto por el océano y sólo el 8.06% está conformado por áreas marinas protegidas, según la Base de Datos Mundial sobre Áreas Protegidas (WDPA). Por su biodiversidad y su belleza paisajística, las comunidades vecinas a áreas protegidas marino-costeras desarrollan actividades como la pesca o el turismo, que se convierten en una demostración del aporte de la conservación a la economía.
Bajo esta premisa, en el marco de la COP 16 se desarrolló el evento paralelo “El potencial turístico de las áreas protegidas del ámbito marino-costero en el Perú”, organizado por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado de Perú (Sernanp), The Nature Conservancy Perú y la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA).
“Creo que necesitamos pensar en las áreas marinas protegidas como elemento para la protección, pero también para restaurar la habilidad del océano para producir y como una oportunidad para la generación de ingresos económicos y empleos”, señaló Bård Vegar Solhjell, director general de la Agencia Noruega de Cooperación al Desarrollo y miembro del Comité Directivo de Blue Action Fund.
Bård Vegar Solhjell señaló que proteger el ambiente es asegurar el futuro de los seres humanos. Foto: MINAM-Perú
Durante el evento, se compartieron los resultados del trabajo de promoción y fortalecimiento del sector turismo en las áreas naturales protegidas marino-costeras del Perú. Uno de estos casos destacados es el del Consorcio Manglares del Noroeste del Perú, organización conformada por seis asociaciones de extractores artesanales y de recursos hidrobiológicos, que trabajan en el Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes, ubicado en el extremo norte del Perú.
“Si bien es un área natural protegida, los primeros beneficiados somos nosotros, las comunidades, con los servicios ecosistémicos de nuestros manglares de Tumbes”, destacó Jhon Puse, vicepresidente del Consorcio Manglares. Esta comunidad ha demostrado que la coordinación entre los actores locales y las autoridades fortalece las acciones de conservación al interior de las áreas protegidas, bajo un sistema de aprovechamiento sostenible.
En ese sentido, desde el Sernanp se promueve una estrategia integral para mantener el equilibrio entre las actividades turísticas y la protección de las áreas. “Hay un crecimiento importante del turismo interno en nuestro país, el peruano promedio viaja más luego de la pandemia, y nos hemos dado cuenta de que es importante salir, conocer, disfrutar. Por eso, estamos trabajando en las estrategias para la promoción del turismo”, puntualizó Deyvis Huamán Mendoza, Director de Gestión de las Áreas Naturales Protegidas del Sernanp.
El Perú tiene 8 áreas naturales protegidas en el ámbito marino, entre ellas, además del Santuario Los Manglares, está la Reserva Nacional Illescas, en la vecina región Piura. Tradicionalmente, se cree que los cóndores (Vultur Gryphus) solo habitan en las alturas de los Andes. Sin embargo, en Illescas es posible encontrarlos, ya que no solo bajan hasta la costa en búsqueda de alimento, incluso anidan en la zona. A través del corto documental “Illescas: por la ruta del zorro y el cóndor”, estrenado en la COP 16, se puso de relieve la biodiversidad de esta zona y la oportunidad del turismo como un alternativa para el crecimiento de las comunidades costeras.
Esta producción de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), cuenta la historia de Pablo Martínez, primer guardaparque de Illescas que actualmente ejerce como operador turístico. Este filme se estrenará el miércoles 30 de octubre, a las 6 p.m., en el canal de YouTube de la SPDA.
“Este lugar de conservación no solamente beneficia en términos ambientales, sino que es un mar de oportunidades en términos económicos y sociales para las poblaciones que dependen de los ecosistemas marinos” sostuvo Jimpson Dávila, gerente de Conservación y Planificación Marina de la SPDA.
Juan Carlos Castro Vargas, ministro del ambiente de Perú, destacó la capacidad de las ANP para el desarrollo de las comunidades locales.
Finalmente, el Ministro del Ambiente, Juan Carlos Castro Vargas, destacó el compromiso estatal por la conservación del mar. “Lo que estamos viendo con Illescas y con la nueva Reserva Mar Tropical de Grau, es un compromiso directo del Gobierno por las áreas marinas protegidas. No solo apostamos por la conservación de uno de los mares más productivos del mundo, si no que esto debe ayudar al desarrollo y a reducir las brechas de pobreza de las comunidades”, comentó.
“Los pescadores, las comunidades, son nuestros principales aliados estratégicos en la conservación de nuestras áreas y por eso hay que retribuirles el esfuerzo que ellos hacen en la conservación, a través del desarrollo del ecoturismo y otras actividades asociadas”, finalizó Castro.